viernes, 17 de junio de 2011

El Quisco: Paisaje marino

Si existe un paisaje triste, es el de la costa en invierno. El cielo y el océano parecen unirse en un horizonte blanco y brumoso, y no sabes si tus ojos se empañan por las lágrimas o es que hay mucha neblina. Tampoco sabes si hace demasiado frío o es que hoy te falta su abrazo.


 Montones de moluscos pegados a las rocas me recuerdan mi infancia, cuando salía a mariscar con mis amigos en la playa. Las distintas conchitas se aferran con fuerza esperando el verano: tal vez pronto un niño lo tome entre sus manos como un tesoro y lo lleve a su balde para mostrárselo a sus hermanos.



 Las gaviotas y demás aves marinas miran el horizonte conmigo. A ratos intentan volar contra el viento helado, pero su ruta es desviada. Nos sentamos en las rocas a mirar el atardecer, pero no se ve nada, hay demasiadas nubes.